Es de suponer que una parte de los que seguís el Punto de lectura tenéis lo que comúnmente se conoce como 'sentido de biblioteca', o lo que es lo mismo, padecéis bibliofilia y destináis horas en las librerías calibrando la próxima adquisición. También invertís cierto esfuerzo en la construcción de vuestra biblioteca personal, a la que os acercáis de vez en cuando con esa actitud fetichista hacia un volumen. Quizás a veces os corroe detectar un vacío. Yo tenía ese vacío en la letra D: sólo tenía dos obras de Dostoievski, lo que consideraba inadmisible.Ese vacío se ha podido reparar ligeramente este mes con el regalo de los Cuentos, traducidos, editados y prologados por Bela Martinova, buena conocedora de la obra del autor ruso y también traductora de Memorias del subsuelo. Como indica Martinova, si bien Dostoievski establece un canon literario en la novela –y especialmente con Crimen y castigo y Los hermanos Karamazov-, no hay que despreciar su obra en el ámbito del relato corto y el cuento. Esta colección nos acerca parte de esta producción, entre la que se encuentran algunas obras imprescindibles de su juventud y de su madurez, donde se reflejan los cambios en la vida del escritor.Una historia difícilLa vida de Dostoievski fue muy dura. Tuvo una infancia terrible a manos de un padre alcohólico y violento, padeció epilepsia y de adulto fue adicto al juego, lo que le acarreó muchas desgracias personales. Tras su paso por la academia de ingeniería militar tradujo al ruso Eugenia Grandet. Fue de Balzac y de Dickens de quienes respiró sus primeras influencias literarias y se impregnó de temáticas como los humildes y los valores humanos. Un año más tarde empezó a escribir su propia obra en los periódicos. El relato Pobres gentes le dio cierta fama. Algunos de los cuentos recogidos en el volumen que comentamos son de esta época inicial. Por desgracia, Dostoievski vio como su vida se torcía tras ser condenado a muerte acusado de conspiración contra el zar. Fue torturado y finalmente deportado a Siberia. Esta experiencia traumática iba a cambiar su visión del mundo. El peso de los cuentos de Dostoievski, característica propia de toda su obra, lo llevan los personajes. Su maestría reside en la capacidad para transferirnos su complejidad psicológica. Estos personajes son a menudo protagonistas de una tragedia, exagerados en sus formas, extremos en sus decisiones. Todo ello es una técnica que permite a Dostoievski explorar los límites del alma humana. Así como Tolstoi tamiza sus personajes aderezándolos a su visión del mundo y a su verdad, en Dostoievski encontramos una polifonía magnífica, en la que los personajes toman vida propia y los diálogos se "descarrían", como una tartana que toma un camino propio y de la cual el narrador parece haber perdido las riendas.Humor, felicidad y tristezaEste volumen también recoge algunos de sus cuentos iniciales, más humorísticos e irónicos, basados en el juego de enredos y en el equívoco. Uno de los que más me ha sorprendido es La mujer ajena y el marido debajo de la cama (1848), en el que el señor Iván Andréievich pasa por un par de situaciones embarazosas por culpa de los celos. La ridiculez extrema la tenemos no obstante en Polzunkov (1847), donde un don nadie pierde su única oportunidad de casarse por culpa de una broma ridícula. Aunque algunos tachan de reaccionario el pensamiento de Dostoievski, a mí me parece que, al menos en estos cuentos de juventud, ofrece mensajes bastante progresistas para su época y contexto.Lo universal de Dostoievski es que ya sea la comicidad de las situaciones que relata, su patetismo o su tristeza, llegan de forma nítida a un lector del siglo XXI. Esa ridiculez de Andrèievich, sus diálogos hilarantes, entrecortados e indecisos me llevan a pensar en un personaje de Woody Allen. Disculpad si también veo en la tristeza del joven protagonista de Noches Blancas paralelismos con esos personajes de Paul Auster caminando sin rumbo por la ciudad. Son creadores cuyos contextos están en las antípodas, pero que nos acercan como nadie a la complejidad del ser humano ante la confusión, la contrariedad, la decepción o el desencuentro.¿El primer existencialista?En un momento de decadencia del romanticismo, en plena eclosión de un nacionalismo artístico, Dostoievski es reconocido como uno de los precursores del existencialismo literario a partir de Crimen y castigo. Las características de este estilo de literatura filosófica aparecen en algunos de estos cuentos, cual bocetos de su obra magna. Entre algunas de sus historias existencialistas se encuentran las fantásticas, como Bobok o El sueño de un hombre ridículo.De vez en cuando, los personajes que protagonizan estos relatos nos lanzan una espada fría que nos habla del sentido de la vida, de la locura o de la muerte. Son ideas que pueden llegar a ser nihilistas y autodestructivas expresadas por un harapiento, un usurero o un joven intelectual solitario. Más que una persona concreta, son tipos que simbolizan una actitud vital. Como dice Rafael Conte en un artículo que he leído recientemente, no podremos nunca admitir un progreso cualitativo en la historia de la literatura universal. Es decir, no sabremos si Hemingway fue mejor que Dostoievski. Lo que sí que podemos intuir es la influencia que este ejerció sobre aquél, reconocida explícitamente, así como sobre otros escritores como Marcel Proust, Camus, Sastre o la beat generation. Estos cuentos nos acercan a un genio imprescindible para entender la historia de la literatura universal.
Ficha de lectura Cuentos
Fiódor M. Dostoievski
Traducción y prólogo: Bela MartinovaSiruela.
Madrid.520 páginas.
Enric Castelló.Periodista.
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