10.2.07

EL CASO DEL CABO VALDÉS



ABDUCIDO POR TETAS EXTRATERRENALES (NO ERAN DE ESTE MUNDO) HACE GRITO Y PLATA EN ULTIMO CONGRESO DE UFOLOGIA

Era la madrugada del 25 de abril de 1977 en pampa Yuscuma a 5 Km de Putre, Chile, la temperatura llegaba a 15 grados bajo cero y los miembros de la patrulla militar conversaban en torno a una fogata que habían encendido para combatir el frío de la noche, mientras que en una pendiente cercana montaban guardia los soldados Pedro Gonzáles y Juan Reyes, difícilmente podrían imaginar que estaban a punto de ser los protagonistas de una noticia mundial. En ese preciso instante, dos luces bajaban del cielo, una de las cuales se depositó al lado del cerro dejando ver el fuerte resplandor Junto a la fogata el cabo Armando Valdés y cinco de sus hombres cantaban y reían. La vigilia en medio De la noche estaba muy animada, alguien miró el reloj, faltaban un cuarto para las cuatro cuando llegó corriendo el cabo Goazáles vengan a ver lo que pasa en el cerro, hay una luz gigante. La fría noche del altiplano recibía una visita inesperada, mientras la patrulla corría hacia el punto de guardia, otra luz bajó directamente a ellos, el cerro se iluminé, pero los alrededores continuaban a oscuras, no había luna; apaguen la fogata! gritó el cabo Valdés. El Ovni se apostó entre los cerros a unos 500 mts. de distancia, era un cuerpo ovalado que despedía una luz violeta en los extremos y tenía dos puntos luminosos de un rojo intenso, intermitentes, el otro, quieto, seguía despidiendo luces similares. Detrás del cerro la patrulla permanecía inmóvil observando aquella increíble realidad, de pronto, la luz comenzó a avanzar hacia ellos lo que hizo que la patrulla se juntara y se pusiera en posición de combate. La luz se seguía acercando, muy lentamente, los minutos se hacían interminables, la tensión era cada vez mayor. De pronto el cabo Valdés se adelantó, con paso decidido y pidió: -¡identifiquense! No hubo respuesta de la luz que siguió avanzando hacia ellos, el cabo siguió adelantándose a la luz y ex-clamó -¡en nombre de Dios quiénes son ustedes...'
Hicieron dos grupos para buscar al cabo por los alrededores mientras la inmensa luz se mantenía inmóvil frente a ellos. Durante quince minutos lo llamaron en todas las direcciones y de pronto estaba frente a ellos, barbudo, balbuceante, con los ojos desencajados ¡muchachos! alcanzó a decir antes de desplomarse sin sentido. Los soldados lo levantaron y lo llevaron hasta los restos de la fogata; pareció recuperarse, estaba como en trance, fue entonces cuando dijo: -"Ustedes nunca sabrán quienes somos ni de donde venimos, pero regresaremos"-. Perdió el conocimiento, volvía a despertar y volvía desmayar, murmuraba palabras incoherentes, su reloj estaba parado a las cuatro y treinta horas, el momento en que había desaparecido; el calendario del reloj indicaba una fecha posterior, el 30 de abril. La barba del cabo era de cinco días, aunque estaba afeitado desde temprano.Durmió hasta el amanecer, mientras el Ovni seguía allí inmóvil y luminoso, bajo la mirada atenta del soldado Germán Riquelme que se quedo haciendo guardia hasta que salió el sol.


(Por Rene Acevedo)

1 comentario:

René Poeta dijo...

con esas alienigenas
yo me quedo en ganimides
carepalo